Mentía. Le dije a su madre que iría al huerto a recoger tomates y que al regreso pasaría por donde la Fella, a devolverle los paquitos de “Susy” que le había tomado prestado hacía tanto tiempo. Pero mentía. La madre la escuchó con indulgencia mientras hilvanaba la trama, atrapando en el aire cada palabra con minuciosa atención. Y como siempre que pasaba, que al final descubrìa que todo era un cuento, de que Mabel otra vez andaba chapoteando en el delirio de unas manos masculinas tanteando debajo de su falda, la vio alejarse con pasitos nerviosos, rogandole a la virgencita que esta vez, esta vez otra vez, se la cuidara
© Carmen Rosa Estrada
No hay comentarios:
Publicar un comentario